Los gastos específicos y el bienestar social en pro de una recuperación socialmente inclusiva
Las respuestas al COVID-19 han tenido una importante repercusión social y económica. A medida que las sociedades han avanzado hacia la recuperación, ahora más que nunca, el desafío es reactivar la economía de un modo socialmente inclusivo que no deje a nadie atrás. Con esto en mente, es fundamental ayudar a ciudadanos con sus gastos esenciales, lo que también puede conllevar una recuperación sólida y sostenible de los sectores de la alimentación, la restauración, los viajes y el turismo, la agricultura o el transporte.
Las autoridades públicas pueden utilizar vales sociales para ayudar a sus ciudadanos como una alternativa a los subsidios en especie o en metálico, aún más a través de soluciones digitales que son más seguras, impactantes y fáciles de implementar. Este sistema puede evitar cualquier uso incorrecto y garantizar que los fondos se asignen para sus fines previstos. Además, permite a los beneficiarios elegir libremente el producto o servicio que mejor se adapte a sus necesidades, lo que impide que se les estigmatice.
El hecho de que se pueda acceder a los bienes y servicios desde una red específica ofrece oportunidades económicas a los negocios locales, especialmente a los pequeños. Esto permite a las autoridades públicas combinar la asistencia de bienestar social (lo que aumenta la asequibilidad de los bienes y servicios para las personas necesitadas) con medidas específicas que impulsan la economía local y, en particular, a los sectores más afectados por la crisis provocada por el COVID-19.
Soluciones fácilmente adaptables e implementables
Los vales sociales ahora han pasado del papel a las tarjetas y a otras soluciones electrónicas, como aplicaciones para móviles o códigos QR, por lo que son una herramienta rápida y de fácil adaptación e implementación, especialmente en situaciones de emergencia.
A continuación se proporcionan ejemplos de medidas tomadas para abordar los efectos de la emergencia sanitaria causada por el COVID-19 a través del uso de vales sociales.
- Vales de comida para familias con pocos ingresos en el Reino Unido: en el contexto del confinamiento, el gobierno británico reemplazó las comidas escolares gratuitas no disponibles para niños de familias con pocos ingresos por la solución de los vales. En una semana, un millón de niños recibieron un subsidio semanal de 15 libras a través de un vale con un código QR para comprar comida en tiendas de alimentación.
- Vales de comida para los ciudadanos más necesitados de Italia: el Servicio de Protección Civil ha proporcionado a los municipios 400 millones de euros destinados a la provisión de alimentos durante la emergencia causada por el COVID-19. Cientos de ellos han adoptado vales de comida para garantizar la asignación de alimentos.
- Vales de atención infantil para trabajadores que prestan servicios esenciales en Italia: las autoridades locales italianas también han utilizado vales para prestar servicios de atención infantil a niños cuyos padres teletrabajan, a empleados de sectores económicos esenciales y a profesionales sanitarios.
- Vales de vacaciones para unidades familiares con pocos ingresos en Francia: dos de las mayores regiones del país han decidido financiar vales de vacaciones para unidades familiares con pocos ingresos como medida para reactivar el sector turístico local, al mismo tiempo que proporcionar atención de bienestar a familias que tienen dificultades para financiar sus vacaciones. Por ejemplo, la región de Provenza-Alpes-Costa Azul proporcionará vales de vacaciones por valor de 10 millones de euros. La región del Gran Este proporcionará 10 000 vales a familias por un valor de 5 millones de euros en total.
- Uso de vales para la implementación del Fondo de Ayuda Europea para las Personas Más Desfavorecidas (FEAD, por sus siglas en inglés): Las modificaciones de la normativa del FEAD permiten la compra de equipos de protección para quienes proporcionan ayuda. Además, se puede entregar comida y asistencia material básica a través de los vales, lo que reduce el riesgo de infección. Los vales electrónicos, adoptados como un mecanismo para la crisis actual, probablemente se mantendrán como un medio de implementación. Al igual que en 2018, la Comisión propuso su adopción permanente para el nuevo periodo de programación del FEAD que comienza en 2021.